Latest Blog Post

Cuando la Música Decide Hacerse Hogar

Hace tantos años que recorro el mundo de la música, pero es ahora, justo ahora, cuando siento que celebro de verdad. Como si después de tanto tiempo caminando entre acordes, hubiera encontrado por fin el lugar donde la melodía decide quedarse.
Y quizá ya no deba decir “disfruto”, sino “disfrutamos”. Porque esta alegría ya no me pertenece solo a mí: nos abraza a todas. Somos un coro de almas que aprendió a respirar en el mismo compás.

De pronto, sin buscarlo, nos volvimos una familia. Una hecha de risas que estallan como chispas, de locuras que vuelan como pájaros libres, de bromas que florecen en medio de todo. Lo nuestro no se construyó con grandes gestos, sino con esas pequeñas luces que una a una fueron levantando un cielo nuevo sobre nosotras.

Encontrarlas fue como descubrir un jardín escondido en medio de la rutina: un lugar donde cada día es semilla y celebración. Y así hemos ido creciendo, entre raíces que se entrelazan sin miedo, entre manos que se sostienen incluso en la sombra.

Porque esta familia se apoya para resistir el viento. Se cuida, se fortalece con cada gesto, con cada palabra, con cada espacio en el que demostramos que esto que vivimos no es un espejismo: es real, es presente, es "alma".

Y por eso amo tanto todo esto.
Porque aquí el amor no se dice, se siente.
No se presume, se comparte.
No se inventa, se revela.

Con ustedes, nos llenamos de corazones que laten como faros, de lunas que se posan sobre los hombros, de cielos que parecen abrirse solo para mirarnos, de ángeles que quizá nunca sabrán que lo son, de flores que nacen incluso en los lugares donde nadie espera belleza.

Todo esto brotó de algo pequeño, pero puro. De una chispa sincera que decidió no apagarse.
Porque no existe magia más poderosa que el amor verdadero: ese que simplemente es… y nos encuentra.

Mi cielo, seguimos celebrando?