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830 Fin de año

Año nuevo con un alma en guerra
Este año no termina con fuegos artificiales.
No hay lentejuelas, ni brindis, ni promesas escritas en papeles doblados.
Este año termina con él. Y solo por que sé que mi hermano Endar esta a salvo con la familia de Zoe, disfrutando su primer año nuevo con comida rica y fuegos artificiales.

Enzo, con sus silencios cargados, su mirada afilada, y ese pasado que no dice en voz alta pero que se le nota en los hombros, en la forma en que enciende un cigarro sin temblar.
Él, que no sonríe fácil, que nunca pide ayuda, pero que me deja quedarme cerca.
No sé en qué momento decidí que quería estar en medio de todo esto.
Quizás fue esa noche en la que lo vi mintiéndome en la cara, eh? Niko?, o con los nudillos sangrando y los ojos perdidos, y algo en mí dijo: "no lo salves, solo quédate".
Y eso hice. Y salvarlo también, por si acaso.
Me ofrecí a ayudarlo con sus planes, no porque me obligara, sino porque me apetecía. Porque hay una parte de mí que también quiere incendiar el mundo a veces.
Él busca venganza. Yo busco sentido. Y tal vez en ese cruce torcido de razones, encontramos algo parecido a compañía.
No sé si esto está bien.
No sé si mañana estaré huyendo, mintiendo, o enterrando verdades que pesan.
Pero lo cierto es que, en este instante, cuando el reloj marca la medianoche y él me mira de reojo como si le costara creer que sigo aquí…
Siento que no me equivoqué.

Este Año Nuevo no empieza con paz.
Empieza con planes, mapas, nombres tachados. Y con mis padres, allá donde estén, orgullosos.
Este año empieza con fuego.
Y yo, que siempre tuve frío, no pienso apagarlo.

Desde su lado, sin miedo, y por decisión propia.